Muchos españoles están demostrando tener escasas facultades críticas y una memoria altamente selectiva. Se nota que en nuestras escuelas se dice a los chavales que allí van a jugar y a despertar sus emociones, demonizando el mérito y el esfuerzo. Así acabarán tragándose cualquier mensaje propagandístico que manipule su percepción de las cosas y sus mentes en formación.

Bastantes españoles recuerdan que Franco fue un dictador (Sánchez lo menciona en todos sus mítines), pero han olvidado -o nunca supieron- que a la Segunda República la hundió el PSOE con sus conspiraciones permanentes y sus golpes de Estado, su afinidad con la revolución bolchevique, su apoyo a la violencia armada y su resistencia a reconocer la pluralidad política.

Bastantes españoles olvidan -o nunca supieron- que Lluís Companys -hoy idolatrado en Cataluña- fue un golpista en 1934 contra la Segunda República y un genocida en 1936 contra la Cataluña católica, firmando más de 8000 órdenes de fusilamiento contra ciudadanos catalanes cuyo único pecado conocido era ser católicos. Por eso una mayoría acogió a Franco con los brazos abiertos aplaudiendo en masa la entrada de sus tropas por la Diagonal de Barcelona, tal como ha recordado Xavier Pericay en una entrevista en The Objective.

También hemos olvidado que la democracia fue rescatada por la Transición, dotándonos de una Constitución de las más avanzadas y descentralizadoras del mundo, que puso fin a la época franquista y consagró la libertad política y lingüística de que gozamos en la actualidad.

Muchas españolas temen que la derecha recorte sus derechos, pero olvidan que una lamentable Ley de Podemos -la del “sólo sí es sí”– ha sacado a miles de abusadores sexuales a la calle. Ante un temor hipotético y un desastre real, optaron por continuar con el desastre huyendo de la hipótesis, sin comprender que ningún recorte de sus derechos resultaría posible al estar amparado por la Constitución. Deberían fijarse en las Comunidades Autónomas hoy gobernadas por el PP con el apoyo de Vox para constatar que en todas siguen teniendo los mismos derechos.

Muchos españoles se asustan por si las pensiones estarían en peligro con la llegada de la derecha, sin ser conscientes de que Sánchez ha incrementado nuestra deuda pública cerca de un 30%, estando más próxima que nunca la quiebra del sistema (una quinta parte de las pensiones actuales se paga vía deuda, acumulándose un déficit prácticamente inasumible).

Muchos españoles deploran la carestía de vivienda para los jóvenes, pero no piensan que gobiernos progresistas -tanto centrales como autonómicos- han sido incapaces de construir en varias legislaturas ni una sola vivienda social, ni de bajar los impuestos para abaratar su compra.

Muchos ciudadanos piensan que Vox es un partido inconstitucional y que Bildu es un partido ecologista, progresista y feminista, pero olvidan los casi mil muertos de ETA y que la defensa legal de nuestros derechos constitucionales en el encierro decretado por el Gobierno durante la pandemia la ejerció Vox, y que el Tribunal Constitucional le dio la razón respecto a la inconstitucionalidad de los dos estados de alarma.

Muchos españoles desprecian su gran historia como potencia mundial acomplejados por estupideces como las del Ministro de Cultura Ernest Urtasun, que pide “descolonizar” nuestros Museos, cuando lo que realmente hizo España es sembrar el nuevo mundo de hospitales, monumentos y universidades, dando a los pueblos indígenas los mismos derechos que a los españoles.

Media España se rasga las vestiduras con el episodio de Gabriel Le Senne y la fotografía de Aurora Picornell, pero pocos recuerdan que fue una activista violenta, declarada en busca y captura en tiempos del Gobierno de la República por agresiones a los agentes de la autoridad, casada con un asesino moldavo -agente de Stalin- conocido en España como Heriberto Quiñones -aunque su verdadero nombre era Yefim Granodowski– quien ametralló a sangre fría a más de setenta personas prisioneras de los republicanos en el buque Atlante atracado en el puerto de Maó, y cuyas fotos lamentablemente nadie exhibe.

Hoy no está de más recordar a la mayoría cómo nos van las cosas con su escasa facultad crítica y esa memoria de pez tan sectaria y selectiva. Cuando algunos han quemado fotos del Rey quienes ahora hiperventilan ni se han despeinado.

PUBLICADO EN MALLORCADIARIO.COM EL 24 DE JUNIO DE 2024.

Por Álvaro Delgado Truyols