En este extraño mundo que vivimos, las élites dominantes tratan incesantemente de exacerbar nuestros sentimientos y nublarnos la razón. Por la cuenta que les trae, los políticos actuales, en combinación con los propietarios de las empresas tecnológicas, que dominan las redes sociales, pretenden que la gente actúe impulsivamente condicionada por sus emociones -que ellos pueden fácilmente manipular- y que piense lo mínimo posible -cosa que, de generalizarse, resultaría peligrosa para sus objetivos totalitarios-. De ahí que hasta las modernas leyes educativas nos machaquen con los “sentimientos” pero ni mencionen las palabras “conocimiento” o “sabiduría”. Para sus intereses populistas, los mandamases del mundo actual necesitan un rebaño débil, sensiblero y manipulable antes que un pueblo culto, formado y con criterio.
Voy a demostrarles a continuación, con algunos ejemplos muy prácticos extraídos sólo del ámbito nacional, cómo esta banda de impresentables nos vende a todos una serie de principios buenistas y edulcorados -tratando de excitar nuestros mejores sentimientos- mientras ponen en práctica justamente lo contrario -que una mayoría fanatizada e irracional jamás alcanzará a vislumbrar-. Vamos allá con los ejemplos:
Tenemos en España un Gobierno de coalición entre las izquierdas y los separatismos, supuestamente verde y ecologista, que defiende la descarbonización, condena los combustibles tradicionales y la energía nuclear, y promueve la transición ecológica (habiendo creado hasta un Ministerio a tal efecto), haciéndonos sufrir -en consecuencia- el coste de la electricidad más caro de la historia. Todo eso resultaría muy coherente si no tuviéramos, a la vez, a un Presidente de ese mismo Gobierno que viaja continuamente en vuelos privados (helicóptero Super Puma y reactor Falcon), pagados por todos los españoles, hasta a los eventos familiares y a las reuniones de su partido. Justo utilizando el medio más costoso y contaminante de todos los posibles, que atenta contra el supuesto cambio climático mucho más que mil vehículos diesel. ¿Dónde quedan la conciencia medioambiental y la coherencia igualitaria de esta izquierda? Sánchez se la pasa por el forro de sus caprichos. Piensen un poco en ello, por favor.
Tenemos también un partido en el Gobierno que presume de adalid de la defensa de las mujeres, para lo cual se ha creado ad hoc un Ministerio de Igualdad, destinado a albergar las reivindicaciones más radicales del feminismo postmoderno. Hasta ahí todo parece tener cierto sentido. Pero luego conocemos que la titular de ese Ministerio -tan feminista y activista como falta de preparación- ha alcanzado el puesto por el único mérito conocido de ser la pareja sentimental del líder de Podemos, en una clara demostración del machismo más rancio y trasnochado. Además, a ese mismo líder se le conocen declaraciones como la referida a la periodista Mariló Montero diciendo que “la azotaría hasta hacerla sangrar”. Y sabemos también de la indiferencia de todos los partidos de izquierda ante el escándalo de la prostitución de menores tuteladas en Mallorca o Valencia, donde uno de los abusadores era el entonces marido de la Vicepresidenta Mónica Oltra. ¿Dónde queda entonces su tan proclamada coherencia feminista? Den algunas vueltas a estos escabrosos asuntos, por favor.
El Gobierno español abandera las causas de la defensa a ultranza de la inmigración -incluso ilegal- y de la lucha contra la homofobia y toda discriminación sexual. Hasta ahí todo acorde con sus reivindicaciones habituales. Luego aparecen noticias sobre que el portavoz de Podemos Pablo Echenique (también inmigrante) tenía contratado a un extranjero para su servicio doméstico pagándole en dinero negro y sin haberle dado de alta en la Seguridad Social, o sobre que la Fiscal General del Estado, antes Ministra de Justicia, Dolores Delgado llamó despectivamente “maricón” en unas declaraciones grabadas del “caso Villarejo” a su hoy compañero de Gabinete Fernando Grande Marlaska. También somos conscientes del asedio permanente de la izquierda, instrumentado en redes sociales y medios de comunicación, a toda declaración o tuit -por antiguo e irrelevante que sea- de cualquiera de sus rivales del otro lado del arco político, dejando siempre claro que el machismo, la homofobia y la xenofobia son patrimonio exclusivo de la derecha y la ultraderecha. Aunque luego resultan incapaces de defender a las mujeres o al colectivo LGTBI en los países donde más discriminaciones sufren, o donde las lapidan o les cuelgan por los pies, lugares y situaciones frente a las que callan como muertos. Reflexionen también sobre todos estos datos, por favor.
En nuestras Illes Balears, disponemos de un Gobierno autonómico, formado por una coalición de la izquierda radical y el catalanismo separatista, que abomina del Ejército español, la monarquía parlamentaria y la unidad de España. Hasta ahí todo coherente con su conocida y tan cacareada ideología identitaria. Pero luego resulta que, cuando las cosas se ponen difíciles, ese mismo Gobierno es el que pide ayuda urgente a ese mismo Ejército para paliar las terribles consecuencias de las inundaciones de Sant Llorenç, o para vacunar masivamente a la población civil contra el Covid-19, ante su incapacidad de dar respuesta a las mayores emergencias sociales que nos han afectado en los últimos años. ¿Dónde queda la coherencia antiespañolista y antimilitarista de la izquierda y el catalanismo balear? Facin també un pensament damunt això.
Todas las anteriores incoherencias, que resultan evidentes e incluso vergonzosas, supondrían una factura terrible para sus causantes en una situación social y política de normalidad. Esto es, ante un pueblo adulto, formado, exigente y con criterio propio, que es lo que debería ser habitual en un Estado del bienestar occidental en pleno siglo XXI. Pero, en la práctica, pasan totalmente desapercibidas ante un rebaño sensiblero, débil y criado en el odio al rival político antes que en la exigencia de coherencia y rigor a sí mismo y a los líderes propios.
Ahí pueden ustedes comprobar el resultado demoledor de la apelación continuada a los sentimientos y la marginación absoluta de la razón. Si les dejamos seguir alegremente por este peligroso camino, nuestros hijos y nietos acabaran balando en un aprisco y no bailando en una disco. Y esos infames desalmados gobernarán muertos de risa hasta el fin de los siglos.
PUBLICADO ORIGINARIAMENTE EN MALLORCADIARIO.COM EL 17 DE ENERO DE 2022.
Por Álvaro Delgado Truyols
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