Crónicas incorrectas

El blog de Álvaro Delgado Truyols

Margarita y sus contorsiones

La actual Ministra de Defensa, Margarita Robles, ha gozado siempre de un notable prestigio político y personal, tanto dentro como fuera de los simpatizantes de nuestro atribulado Gobierno de coalición. Incluso la derecha ha mostrado públicamente un indisimulado respeto y simpatía hacia ella, debidos a su notable sentido de Estado y a su manifiesta independencia de criterio.

Anacleto en La Moncloa

Titulé mi columna anterior “007 en La Boquería”, dando cuenta del esperpento victimista que el nacionalismo catalán había cocinado -en combinación con un admirador de Puigdemont, una peculiar revista norteamericana y la ingenua Universidad de Toronto- para mantener viva entre sus huestes la alicaída llama del procés, acusando al Gobierno de España de espiar mediante el programa israelí Pegasus los teléfonos de los principales líderes separatistas.

007 en La Boquería

 En su novela “Espía accidental”, el diplomático mallorquín Jorge Dezcallar, antiguo director del Centro Nacional de Inteligencia, describe la historia de un personaje nacido en Damasco que, tras pasar unos años enrolado en la Legión Extranjera, vuelve a Siria para trabajar con los servicios de inteligencia españoles. Lo que le sucede a partir de ahí demuestra el tremendo embrollo en que se han convertido las relaciones internacionales, y el duro precio que cualquiera tiene que pagar por ejercer tan arriesgada profesión.

La Gran Potencia

La mayoría de analistas políticos coincide en señalar como una de las causas de la invasión de Ucrania por las tropas rusas la añoranza de Vladimir Putin de la grandeza de su país en la época imperial y luego en la soviética. Creen muchos comentaristas -exponiendo sesudos argumentos- que el autócrata del Kremlin, criado en las ubres del KGB durante la Guerra Fría, quiere devolver a su país el estatus de “gran potencia” mundial que, en su particular opinión, nunca debió perder.

Feminismo de salón

La izquierda del siglo XXI se ha apropiado para sí, entre otros movimientos identitarios, de la bandera del feminismo. Recuerden cómo insultaron y expulsaron a Begoña Villacís -y a otras militantes de Ciudadanos– de la famosa manifestación del 8-M en Madrid, pocos días antes del estallido de la pandemia. Pretenden que la defensa de las mujeres sea asunto exclusivo de socialistas, comunistas y separatistas, colocando a todos los demás en un extraño limbo -supuestamente machista- que no resulta fácil de explicar. Aunque luego, rascando un poco, cualquiera se apercibe de que esa pasión exclusivista existe sólo de cara a la galería. Porque, escondidas en sus catacumbas, muchas Administraciones gobernadas por coaliciones de izquierdas guardan conductas difícilmente justificables.

Desmemoria del exterminio

El camarada Pablo Iglesias, exhausto tras ejercer como Vicepresidente del Gobierno durante catorce meses agotadores, ha decidido retirarse a hacer aquello por lo que suspira todo buen dirigente comunista. No trabajar, darle al pico y forrarse, en este caso pontificando en los medios de comunicación que ha puesto a su disposición su millonario amigo Jaume Roures.

El hombre tranquilo

“El hombre tranquilo” es una maravillosa película de John Ford, en la que el mítico John Wayne representa a un boxeador retirado que vuelve a su Irlanda natal tras una carrera exitosa en los Estados Unidos, que acabó con la trágica muerte de un rival en el ring. Tras comprar la vieja granja familiar -en el idílico pueblo de Innisfree- se enamora de una joven temperamental, y debe adaptarse a las costumbres locales con las constantes provocaciones del hermano de la chica, un matón que se convierte en su encarnizado enemigo.

Fiscalía Antioposición

   La creación en 1995 de la Fiscalía Anticorrupción, en tiempos de Juan Alberto Belloch y Felipe González, no estuvo exenta de polémica. Ya entonces arreciaron críticas por la innecesariedad de inventar una Fiscalía especial para perseguir delitos políticos, cuando la propia Fiscalía ordinaria desempeñaba esa función desde hacía décadas. Todo apuntaba a una maniobra gubernamental para ralentizar las investigaciones que afectaban a los propios y acelerar las de los ajenos. La peculiar época en la que se creó, aderezada de episodios turbios como los GAL, Filesa y otros que acosaban mediáticamente al declinante gobierno de González, abona la teoría de que su verdadera intención fue ejercer un control político sobre los asuntos más delicados. O sea, crear una Fiscalía Antioposición.

Anticuerpos contra la excelencia

Uno de los comentarios habituales en las charlas de café sobre temas de actualidad es la ínfima calidad de nuestra clase política, tanto en lo referente a valores personales como a su trayectoria profesional. Cosa que contrasta con lo sucedido en otras épocas, en las que la dedicación a los asuntos públicos representaba el colofón a una exitosa carrera, culminando muchas personas respetables largos años de trabajo con una dedicación honrosa al servicio de todos los ciudadanos.

«Reactivam l’economia»

Muy cerca de mi oficina, en unas obras que inició sorpresivamente hace unas semanas el perezoso Ayuntamiento de Palma -sin avisar previamente a vecinos ni a comerciantes-, se ha cortado el tráfico en varias calles con unas barreras metálicas sobre las que reza textualmente: “Reactivam l’economia. Aquestes obres generen 8 llocs de feina”. El anuncio de color blanco que contiene dicho texto está también decorado con los logotipos del Ayuntamiento, de Emaya -la empresa municipal de aguas y alcantarillado-, y de la sociedad concesionaria de las obras.

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