La polémica habida por el lanzamiento del penalti de Julián Álvarez en el partido de la Champions League entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid hubiera sido bastante menor si, aparte de interpretar bien las reglas del juego existentes, muchos profesionales y comentaristas del fútbol -entre ellos, el propio árbitro Marciniak y la UEFA- hubieran conocido bien su evolución histórica, que se muestra bastante reveladora de cuando se ha considerado siempre que un balón “está en juego” y, por tanto, de que el lanzamiento del penalti estuvo mal anulado.
Recordemos que la actual Regla 14 del IFAB, relativa al lanzamiento de penaltis, dice que “el balón estará en juego en el momento en que se golpee y se desplace con claridad”, y añade que “el ejecutor del penal no podrá jugar el balón por segunda vez hasta que lo haya tocado otro jugador”. Es de crucial importancia -aunque hablemos de fútbol, estamos interpretando reglas jurídicas- fijarse con precisión en el lenguaje empleado por dicha Regla 14 (que reproduce lo que dicen otras), que primero habla de “jugar” (referido al jugador que lanza) y luego de “tocar” (referido al segundo jugador que puede habilitar la continuación del juego del primero). Y ¿qué diferencia reglamentaria existe entre “jugar” y “tocar”? Una muy evidente: “Jugar” el balón exige un acto voluntario, mientras “tocarlo” puede ser algo involuntario. Por eso aclara el Reglamento que, para que el balón se considere que está “en juego”, tiene que haberse golpeado y desplazado con claridad.
El desarrollo histórico de las Reglas del fútbol resulta muy interesante a estos efectos, y también el conocimiento de que el Reglamento ha ido evolucionando a medida que lo exigía la propia casuística del juego. La Regla del IFAB vigente en el fútbol mundial desde el año 1905, que es la que recordarán millones de españoles que se aplicaba en sus años mozos, consideraba que el balón solo estaba en juego “when it has travelled the distance of its circumference”, es decir, cuando había dado una vuelta completa sobre sí mismo o recorrido la distancia de su circunferencia. Esta conocidísima norma permaneció vigente durante más de 90 años, hasta que fue modificada en el año 1997 a raíz de una jugada polémica que se dio en un partido internacional, en el que el lanzador de un penalti levantó el balón del suelo haciendo cuchara con el pie, sin que girara sobre sí mismo, y lo golpeó en el aire marcando un gol válido ante la sorpresa general. Entonces, la IFAB modificó el Reglamento eliminando el requisito de la distancia de la circunferencia, y estableciendo que el balón estaba en juego “tan pronto como se pateaba y se movía”.
Sin embargo, la picaresca de algunos jugadores hizo que en el año 2016 volviera a modificarse el Reglamento en esta concreta materia. Algunos jugadores empezaron a dar un toque casi imperceptible al balón colocado en el saque de esquina o para efectuar un tiro libre, y sus compañeros lo jugaban seguidamente ante la incredulidad del equipo contrario que esperaba un saque convencional, adquiriendo una ventaja inesperada del mínimo toque inadvertido por todos. Por ello, IFAB volvió a modificar el Reglamento exigiendo lo que rige en la actualidad: que para que el balón se considere en juego debe “ser golpeado y desplazado claramente”, no valiendo, a tales efectos, los toques mínimos o escasamente perceptibles por el resto de jugadores y el público.
Solo cabe añadir una cosa más: la convicción de que el balón “está en juego” no debe adoptarse tras examinar las tomas de decenas de cámaras, sino que debe ser algo apreciable por todo el mundo y a simple vista. La inmensa mayoría de competiciones de fútbol que se practican en el mundo no disponen de cámaras, ni tampoco de VAR, y en ellas también hay que poder interpretar correctamente el Reglamento.
PUBLICADO EN IUSPORT EL 22 DE MARZO DE 2025.
Por Álvaro Delgado Truyols
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