El joven Kanghua Ren, apodado ReSet en las redes sociales, es un “youtuber” catalán -de origen chino- que ha sido juzgado recientemente en Barcelona por difundir en internet la humillación que infligió a un mendigo de la calle, al que entregó 20 euros e hizo comer unas galletas Oreo que previamente había rellenado con pasta dentífrica. Todo ello lo grabó con su teléfono móvil y lo subió a su canal de YouTube, que antes del escándalo acumulaba 120 millones de visualizaciones. En el vídeo explicaba literalmente lo siguiente: “a lo mejor me he pasado un poco, pero mira el lado positivo: esto le ayudará a limpiarse los dientes. Creo que no se los limpia desde que se volvió pobre”. En vídeos anteriores, proyectados también en el juicio, ReSet había ofrecido bocadillos rellenos de excrementos de gato a niños y a ancianos, entre otras estrafalarias ocurrencias.

El muchacho -de 21 años- fue acusado por la Fiscalía de Barcelona que persigue los delitos de odio, y afrontó en el juicio una petición de dos años de cárcel. Ante el Tribunal se comportó como si estuviera en su canal de YouTube: hablaba con las manos en los bolsillos, vacilaba al Fiscal y tuteaba a los abogados, realizaba preguntas impertinentes cuando él era quien tenía que contestarlas, y repitió varias veces que “todo iba en plan de coña”. Al ser advertido por la Juez de que se trataba de un juicio serio, y que de coñas nada de nada, acabó diciendo una frase para enmarcar, que refleja la actitud actual de cierta gente ante las normas jurídicas: “es que vosotros vais muy a tope con la Ley”. Lo peor es que, en los pocos meses que ha durado la polémica, Google ha pagado al personaje más de 2000 euros por la publicidad que han generado sus vídeos en internet.

Otros que parecen entender que el Tribunal Supremo de nuestro país va muy “a tope con la Ley” son los testigos que van desfilando por el juicio del “procés”. Impresiona observar la pedagógica labor del Presidente del Tribunal, el Magistrado canario Manuel Marchena -que se ha convertido en el mejor profesor de Derecho de España- impartiendo cada jornada lecciones de sensatez, orden, educación y respeto a las normas. Y, además, gratis. Observar la paciencia del ilustre jurista con toda esa sarta de bufones que confunden interesadamente un juicio con una butifarrada, una manifestación o un mitin electoral es todo un espectáculo, y reconcilia a cualquier persona de bien con la Justicia, las altas instituciones del Estado y el propio Estado de Derecho.

¿Qué podemos entender con esa espontánea expresión “vosotros vais a tope con la Ley”? Yo creo que ni el propio descerebrado de ReSet pudo nunca imaginar que pronunciaría una frase que resumiría tan bien la actitud de una parte de la sociedad ante el imperio de la Ley y las normas jurídicas: las normas se cumplen sólo cuando me van bien; y, cuando no me molan, me las salto, que no pasa nada, y encima me hago el ofendido o el gracioso. Esta es la postura irrespetuosa y faltona que tanto público parece tener entre los radicales, parte de la juventud, y los muchos frikis y odiadores que pueblan las redes sociales. Y esa es la misma actitud que han mostrado infinidad de testigos en el juicio del Supremo haciéndose las víctimas, tratando de “colocar” sus arengas políticas y sentimentales, e intentando todo tipo de trucos y artimañas para arañar un mejor resultado -aunque sea en Estrasburgo- frente al enorme revolcón que se les presume a todos ante las abrumadoras pruebas allí presentadas.

En los tiempos actuales resulta más necesario que nunca explicar a los jóvenes que “ir a tope con la Ley”, o sea, respetarla íntegramente, contribuye a regular nuestra pacífica convivencia y nos protege a todos de los abusos del poder. Y que, precisamente por eso, no se pueden tomar las Leyes “en plan de coña”, como alegaba el graciosillo de ReSet. Porque tipos como éste, o como el rapero Valtonyc, o los diferentes partícipes del “procés”, parecen no entender nada cuando la Ley se les aplica a ellos por habérsela saltado, pero tienen la piel muy fina cuando son los ofendidos y tienen algo que reclamar. Y bien que se acogen a la Constitución, a las Leyes o al Parlamento español cuando quieren gozar de beneficios como ir en listas electorales, salir de prisión o cobrar mensualmente sus jugosas nóminas como parlamentarios. ¿Cómo se explica la incoherencia personal de luchar ilegalmente contra el Estado español y luego cobrar buenos euros cada mes de una de sus más importantes instituciones? ¿Es así como se comporta un luchador por la “libertad” de un pueblo “oprimido”?

Todo esto que les acabo de explicar, que algunos contemplan muy relajadamente, no resulta en absoluto banal. Cuando en determinados lugares se ha despreciado el papel de las normas jurídicas ha acabado apareciendo un iluminado conduciendo a su pueblo hacia la dictadura y el totalitarismo. Ejemplos históricos tenemos a manta, unos más lejanos en el tiempo y otros menos. Aún nos quedan energúmenos aferrados al poder, manteniendo a sus países en la más completa miseria. No se tomen a broma el imperio de la Ley y el Estado de Derecho, amigos. O algún imbécil parecido a ReSet nos acabará ofreciendo bocadillos de excrementos.

 

Por Álvaro Delgado Truyols