Apreciado conciudadano progresista:

Comprendo que tus genes experimenten la poderosa pulsión de votar a Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales. Es algo que todo español lleva grabado a fuego en su disco duro, como nuestra canción favorita o el equipo de fútbol de nuestros amores. Ya explicó el Cholo Simeone que hay sólo dos cosas en la vida que no cambian nunca, la madre y los colores. Sólo quiero advertirte de que, si lo haces, estarás votando a un pato cojo.

“Pato cojo” (“lame duck”) es una expresión anglosajona usada para definir a un político que está de salida de su cargo porque tiene elegido a un sucesor, o que se encuentra en situación de ser apartado por otro. Su literalidad hace referencia a un pato que no puede seguir el ritmo de la bandada, y que se ha convertido en blanco fácil para ser devorado por sus depredadores.

Sánchez se ha convertido, tras su tremendo batacazo personal en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo -y eso que no era uno de los candidatos- en un evidente pato cojo, tanto si miramos hacia el interior de su partido como si lo sometemos al escrutinio de todos los españoles.

Hacia el interior de su partido, porque ha destrozado su poder territorial nacionalizando la campaña electoral, habiéndola convertido no sólo en un examen sobre la gestión autonómica o municipal sino en un plebiscito sobre su persona. Como muestra de su influencia basta ver cómo, en todos los territorios que visitó durante la campaña, el PSOE ha perdido el poder (Baleares incluido), y que sólo ha resistido el chaparrón Emiliano García-Page, el principal barón socialista que encabezaba la oposición al “sanchismo”.

Frente a todos los españoles, porque a lo único que aspira es a conservar el poder evitando por los pelos una mayoría absoluta de PP y Vox, pírrica solución que no impedirá continuar siendo un pato cojo por razones evidentes: la primera, porque deberá seguir gobernando con los mismos aliados políticos (Podemos, Sumar, ERC, PNV, Bildu) aunque situado en una posición de extrema debilidad, por lo que sus concesiones a formaciones radicales serían aún mayores; la segunda, porque ha acabado el tiempo del riego de millones por aspersión, ya que Bruselas va a controlar su gasto desaforado y deberá empezar a realizar numerosos recortes; la tercera, porque su capacidad para la mentira y su falta de credibilidad personal tras una legislatura desastrosa (salida masiva a la calle de abusadores por la Ley del “sólo sí es sí”, rebajas de penas en malversación y eliminación de la sedición, cambio inexplicado de su política con Marruecos, indultos a los condenados del Procés) ha superado cualquier límite tolerable para la mayoría de la gente normal; y la cuarta, porque su creciente actitud dictatorial parece ser imparable (grosera colonización de todas las instituciones, abandono a los líderes de su partido tras la derrota, falta de reunión del Comité Federal del PSOE para analizar el batacazo electoral y su estrategia futura, omisión de la preceptiva convocatoria del Consejo de Ministros para anunciar las elecciones generales).

Visto todo lo anterior, ¿qué puede ofrecernos hoy Pedro Sánchez, a ti y a la sociedad española? ¿Sólo la efímera satisfacción de homenajear a tus vísceras, o de impedir a toda costa que gobierne un tipo sensato y moderado como Feijóo? Un buen amigo de quien esto te escribe, persona entrada en años y con gran cultura e inteligencia, me dijo tras las elecciones del 28 de mayo que al acabar esa jornada se había sentido orgulloso de ser español. “Una de las pocas veces”, añadió muy gráficamente. Conociéndole, sé que no se sentía así por razones ideológicas, sino por la ejemplar lección coral dada por la ciudadanía a alguien que ha saltado todas las líneas rojas.

Mi amigo añadió que, en las escasas ocasiones en las que nuestro pueblo ha sentido a España al borde del abismo, ha reaccionado de forma contundente: así sucedió en 1808 contra la invasión francesa, en 1936 contra el peligro bolchevique (sin conocer lo que vendría después), ante la amenaza golpista del 23-F, tras el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco y el 28 de mayo de 2023, cuyo colofón deberá producirse el próximo 23 de julio.

Votar a Sánchez sólo puede ofrecerte mayor ración de autoritarismo, polarización, demagogia y propaganda. Proponer el pago de dos euros para el cine de nuestros mayores es un buen ejemplo de su lamentable estilo peronista. ¿Quieres seguir soportando su letanía de comprador de votos y generador de odios? ¿Te apetecen cuatro años más de su insufrible cantinela?  Los españoles te pedimos cabeza fría por esta vez. Así tendrás una oportunidad para regenerar ese PSOE socialdemócrata que tanto echas de menos y España necesita. Te ruego que no nos falles.

PUBLICADO ORIGINARIAMENTE EN MALLORCADIARIO.COM EL 12 DE JUNIO DE 2023.

Por Álvaro Delgado Truyols